Dieta en el paciente renal

La dieta es un componente muy importante del tratamiento de los pacientes con insuficiencia renal crónica, por lo que es necesario llevar a cabo una valoración nutricional individual que permita establecer el régimen nutricional más conveniente.

Hay que anotar que la dieta puede cambiar con el paso del tiempo, de acuerdo con la evolución de la enfermedad, por lo que se deben realizar pruebas periódicas para determinar la función renal y la condición general del paciente.

De acuerdo con la National Kidney Foundation, la formulación de un plan de alimentación saludable para los pacientes con nefropatía, debe tener en cuenta los siguientes aspectos:

Balance proteico y calórico

En términos generales, la dieta recomendada para los pacientes con nefropatía incluye el control de la ingesta de proteínas, acción que permite disminuir la cantidad de desechos derivados de su procesamiento y garantiza el funcionamiento de los riñones durante más tiempo.

Para la mayoría de los pacientes con nefropatía, está indicado consumir porciones pequeñas de proteínas, las cuales se derivan de productos animales (pollo, pescado, cerdo, carnes rojas, huevos, leche y sus derivados) o vegetales (fríjoles, lentejas, nueces, avellanas, almendras, maní, granos y cereales).

Líquidos

En general, durante las etapas iniciales de la enfermedad no es necesario limitar la cantidad de líquidos consumidos, sin embargo, en fases más avanzadas, cuando se produce el agravamiento de la insuficiencia renal, puede ser necesario restringir la cantidad de líquidos.

Sodio, potasio y fósforo

Una proporción significativa de los pacientes con daño renal crónico, tienen dificultades para mantener el balance del sodio y/o presentan otras enfermedades como la hipertensión arterial que se ven agravadas por la ingesta de este elemento, por lo que puede ser necesario limitar su consumo en la dieta.

El potasio es otro mineral que debe ser considerado en la dieta de los pacientes con nefropatía, por lo que es importante escoger alimentos con la cantidad correcta del mismo, incluyendo manzanas, duraznos, zanahorias, habichuelas, judías verdes, pasta, tortillas, pan blanco, arroz blanco, leche de arroz y cereales cocidos de arroz, trigo o sémola.

Los niveles elevados de fósforo también pueden ser perjudiciales para el organismo, por lo que es importante considerar la necesidad de comer menos alimentos con alto contenido de este mineral que se encuentra presente en los siguientes alimentos: productos lácteos, semillas secas (lentejas, guisantes, porotos), nueces, bebidas colas, cerveza, chocolate.

Vitaminas y oligoelementos

Vitaminas y oligoelementos provienen de una serie de alimentos que pueden estar restringidos en la dieta, en los casos en que se presentan limitaciones, es posible que sea necesario administrar vitaminas o minerales especiales, las cuales deben ser de exclusiva prescripción médica.

Referencias

  1. Patrones nutricionales en Enfermedad Renal Crónica. National Kidney Foundation. Disponible en: www.kidney.org
  2. Programa de Educación Nacional sobre la Enfermedad de los Riñones. Una dieta sana para la salud de los riñones. Disponible en: www.nkdep.nih.gov/espanol